sábado, 20 de abril de 2013

esa larga noche de piedra

mañana, en magazine, zapatos con el exministro socialista y expresidente del parlamento europeo enrique barón, que recientemente ha publicado sus memorias más europa ¡unida!. nos recibió en su casa, en chamberí, y mientras antonio heredia preparaba la iluminación y el marco que usamos para la fotografía, mantuvimos la clásica conversación de cortesía sobre lo concurrido que había estado unos días antes el acto de presentación del libro en el casino de madrid: pedro solbeselena salgado, ángel gabilondo, juan carlos rodríguez ibarra, marcelino oreja, josé maría gil robles, manuel campo vidal, javier godó, césar antonio molina, miguel ríos... 

repasando la nómina, barón hizo hincapié en félix grande y francisca aguirre, casados, ambos poetas, ambos distinguidos con el premio nacional de poesía. a la charla se sumaron itziar de francisco, de la editorial rba, y la esposa de barón, sofía gandarias, pintora. la cosa derivó hacia un libro de aguirre, historia de una anatomía. y entonces gandarias contó una historia tremenda.

francisca aguirre no acudió a recoger el nacional de poesía 2011, que se entregó en febrero de este año. la ceremonia tuvo lugar en el palacio de el pardo. y el lugar le traía unos recuerdos horribles. siendo una niña, había acudido junto a sus hermanas y su madre a pedir de rodillas ante carmencita franco clemencia para su padre, el pintor lorenzo aguirre, condenado a muerte. tres meses después, aguirre era ejecutado en la cárcel de porlier. félix grande ya lo había contado en un artículo en el país en diciembre de 1999.

le comenté el episodio al amigo paco arriero, historiador y librero, que ha tratado en alguna ocasión a guadalupe grande aguirre, hija de félix y francisca, y me confirmó su veracidad: "pues sí, víctor, se trata de una historia cierta. francisca aguirre fue una de las miles de niñas que perdieron la guerra, que perdieron a su padre y que vivieron esa 'larga noche de piedra' que, en palabras de celso emilio ferreiro, fue para millones de españoles el franquismo".

además, me envió un texto con la intervención de guadalupe grande en un congreso del seminario de fuentes orales de la universidad complutense, del que me permito extractar un fragmento:

             "aún debió que pasar más tiempo, más historia, hasta llegar hacia los años ochenta, cuarenta años cumplidos desde la ejecución del padre, para que mi madre comenzara a fijar en el papel aquellas narraciones -algunas ya habían tomado la forma de poemas, escalones de ida y vuelta en el espejo de la memoria- en un libro, espejito, espejito. creo que francisca aguirre tomó entonces la decisión de no abandonar su infancia, de restituir en el papel impreso la zona de la mirada de infancia que no había sido empujada prematuramente a la gravedad del adulto: era una sonriente venganza, y también una manera de decirnos a los que vivimos aquellos años: 'no os preocupéis, después de la bruma de las invisibles que sonaban como faros en la tempestad, ya os he liberado, negro sobre blanco, de seguir acompañándome en el acto de restitución, seguid buscándola, si queréis, pero no a causa de mi orfandad. yo ya he fijado lo que debía fijar: y si la restitución no es posible, que suene por encima de la injusticia legalizada la venganza de la vida. mi vida y mis recuerdos, mi presencia en el mundo y mis palabras son los testigos inocentes e incesantes. y ahora estas palabras impresas en 1995'".

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