jueves, 11 de diciembre de 2014

más sobre el sauce de e.b. white

en la última entrada se comentaba aquí la historia del sauce al que alude e.b. white al final de esto es nueva york y se mencionaba que el responsable de la tala había replantado un esqueje en su vivero. procuré dar con él, bill logan, y a los pocos días de publicar la entrada recibí el siguiente correo electrónico:

"hola, víctor,
encantado de saber de ti. sí, efectivamente, tenemos un par de esquejes de aquel árbol creciendo en nuestro patio, en brooklyn. ya tienen una altura de unos 20 o 30 pies
[entre 6 y 9 metros, aproximadamente], son lo más grande que tenemos ahora mismo en el jardín. nos ocupamos de ese árbol durante muchos y lo talamos cuando ya no hubo otra opción.
a lo mejor tengo alguna foto del árbol en su ubicación original, aunque para entonces no es que fuera muy fotogénico ya. tenía una copa muy pequeña y un tronco enorme pero hueco. además, estaba en un jardín muy poblado, era difícil sacar una foto en la que se lo viera entero.
lo que sí podemos fotografiar es el árbol que ahora crece en nuestro patio. o, si lo prefieres, puedes venir y hacer las fotos tú mismo.
me han contado que white dijo que mientras este árbol viviera, la ciudad de nueva york estaría bien, así que a lo mejor es nuestro deber mantenerlo con vida. estamos pensando en tomar nuevos esquejes y plantarlos en otros sitios, propagarlos.
todo tuyo
bill logan"

unos días después, laura wooley, compañera de logan en la empresa de jardinería urban arborists, remitía un par de fotos del renacido árbol de e.b. white. no son muy buenas, pero desde el real jardín botánico de madrid confirman que es un sauce aunque no pueden determinar con exactitud la especie.


 
"la manera que una ciudad tiene de relacionarse con sus árboles dice mucho de la gente que la habita y que la gobierna", escribía yo al final de la anterior entrada. bill logan y laura wooley no son concejales ni altos cargos, ni políticos ni nada parecido. a lo mejor se le podría dar la vuelta a la frase. la manera que una ciudad tiene de relacionarse con sus árboles dice mucho de la gente que la gobierna y que la habita.


p.s.: mi sincero agradecimiento a jesús garcía rodrigo, jefe de prensa del real jardín botánico, csic.

miércoles, 1 de octubre de 2014

el sauce de e.b. white

me entristece mucho lo que está pasando con los árboles en madrid. la manera que una ciudad tiene de relacionarse con sus árboles dice mucho de la gente que la habita y que la gobierna. mucho mejor que yo lo expresó e.b. white en el último párrafo de esto es nueva york (ed. minúscula, 2003): 

"una manzana o dos al oeste de la nueva ciudad de man, en turtle bay, hay un viejo sauce que preside un jardín interior. es un árbol sufrido y castigado al que han trepado muchas veces y que solo se mantiene en pie gracias a unos hilos de alambre, pero que aman todos los que lo conocen. en cierto modo simboliza a la ciudad: una vida entre dificultades, un crecimiento en contra de todos los pronósticos, savia que brota del cemento y asciende en busca del sol. cada vez que lo contemplo hoy en día y siento la fría sombra de los aviones, me digo: 'es preciso salvar este árbol, este en particular'. si desapareciera, desaparecería todo: la ciudad, ese monumento juguetón y maravilloso, no verla sería igual que la muerte".



no digas que no es hermoso. white lo escribió en 1948. en 2009 el sauce al que se refería, maltrecho por la acción de un hongo, fue talado para evitar su caída. según cuenta una deliciosa entrada en un blog del new york times, el propietario de la empresa responsable de la tala conservó un pedazo del árbol, lo replantó en su vivero y consiguió que creciera.  

la manera que una ciudad tiene de relacionarse con sus árboles dice mucho de la gente que la habita y que la gobierna.


 

viernes, 11 de julio de 2014

martínez de pisón y la escritura

el pasado domingo 6 de julio en crónica, el suplemento de el mundo, entrevista con el escritor ignacio martínez de pisón, cuya última novela, la buena reputación (ed. seix barral, 2014), va camino de una bien ganada quinta edición.

editar un texto que ha escrito uno mismo suele ser complicado. sin cambiar el sentido de lo que dice, uno se permite a veces licencias en la expresión del entrevistado para abreviar, para deshacer sobreentendidos o para dar más ritmo a la lectura, y a menudo esas licencias resultan en torpezas.

dudo, por ejemplo, que martínez de pisón utilice alguna vez una palabra tan forzada como "españolidad" que yo le calzo, por partida doble, en la cuarta respuesta.

pero lo más complicado no eso, sino decidir qué cortas. o más bien qué dejas. en no pocas ocasiones la transcripción de una entrevista ocupa el triple de espacio de lo que luego cabe en maqueta y a ti todo te parece interesante, aunque solo sea por la vanidad tonta de que te lo han dicho a ti.

en la entrevista de pisón opté por dejar fuera todo lo relativo a la escritura. para qué hablar de literatura con un escritor pudiendo hablar de lo que desayuna...

para lavar mi mala conciencia y porque, por supuesto, todo lo que me dijo es muy interesante, aquí dejo sus respuestas referentes al asunto mínimamente editadas. 




sobre el oficio de escribir

"editar un libro depende de la acogida que ha tenido el anterior, los novelistas nos jugamos la vida en cada libro.

"un pinchazo gordo no te lo puedes permitir, sales un poco disparado y también sales un poco mal parado. pero está bien, yo acepto las reglas del juego, la carrera de un escritor no es la de un funcionario que tiene unas oposiciones ganadas al que se le va a aplicar una subida por sexenios cada equis tiempo. yo ya desde hace 30 años acepté las reglas del juego. un novelista es una persona que vive en una situación laboral rara, precaria con frecuencia y, sobre todo, arriesgada. cuántos escritores de los que empezaron conmigo hace 30 años se han quedado por el camino... es así de sencillo y, seguramente, porque les ha faltado la constancia o la fe en sí mismos. en algún momento te entra la melancolía y te hundes. hace falta una perseverancia que, por suerte, yo he tenido.

"cuando empecé a publicar estaba dando clase, pero di solo dos meses y medio. en el momento en que recibí la llamada de anagrama de que me querían publicar fui a dirección del instituto a decir que no quería seguir con la sustitución. mi experiencia laboral está limitada a dos meses y medio de profesor suplente en un instituto de granollers. después de eso todo lo que he hecho ha tenido que ver con la escritura: guiones, artículos, críticas, algunas traducciones..., todo ha tenido que ver con el mundo del libro. la verdad es que soy un privilegiado: 30 años viviendo de los libros o de lo que hay alrededor de los libros... si me lo hubieran dicho entonces, no sé, lo habría considerado inimaginable".




sobre la familia como tema literario

"cualquier vida tiene una novela, pero si, encima, ya combinas diferentes vidas unidas por lazos de sangre, cuentas con conflictos mayores más intensos, más prolongados en el tiempo, porque en la familia todo se prolonga siempre, nada tiene caducidad.

"siempre digo lo mismo cuando me preguntan eso: '¿por qué escribe usted sobre familias?'. 'no, ¿por qué los demás no escriben sobre familias?'. es que si me dijera otro tema..., es que no se me ocurriría. cualquier tema que escribo acaba volviéndose hacia ese lado. en enterrar a los muertos me puse a investigar la historia de robles pazos, un traductor republicano asesinado por estalinistas, digamos, por paramilitares de la embajada soviética. pero, al final, en cuanto localicé a la hija, empecé a hablar con unos y con otros, en realidad lo que estaba contando era la historia de una familia de clase media que vive en estados unidos que viene a pasar las vacaciones y esas vacaciones acaban desastrosamente unos cuantos años después. siempre todo tiendo a llevarlo al terreno ese de la familia. no sé, es lo que me resulta más natural desde mi primer libro, hace 30 años, hasta ahora. no se me ocurre decir: 'en mi próximo libro no vuelvo a tocar ese mismo tema'.

"en realidad, yo habría querido escribir un libro sobre la herencia pero este [la buena reputación] no es un libro sobre la herencia. algún día sí escribiré un libro sobre cómo una familia se destroza por un sillón o por un espejo, cómo son capaces de hacer las mayores barbaridades y romper una supuesta armonía por un objeto, por algo material. esta no es, aunque se toca el tema de la herencia.

"una de las escritoras que más me gustan a mí es anne tyler, que es esta escritora norteamericana que siempre sitúa sus novelas en baltimore y siempre cuenta historias de familias, pero familias con unas estructuras muy especiales, porque siempre, en esas familias, los lazos de sangre han sido sustituidos con lazos, digamos, raros. por ejemplo, en alguna familia vive el exsuegro de la protagonista, porque ella se ha separado de su marido, pero el suegro se lleva mejor con ella que con su hijo, y al mismo tiempo una hija de un matrimonio suyo anterior. de repente ahí las relaciones de familia o los lazos de sangre son nulos, son mínimos, pero empieza a existir también el concepto de familia elegida: uno crea su propia familia, aunque no necesariamente haya lazos de consanguinidad".




sobre la importancia del tiempo histórico en sus novelas

"a veces tengo que escribir cosas sobre etapas anteriores para contar mi época, pero sí estoy un poco atrapado por mi época. pero es que no se me ocurre cómo podría yo contar cosas sobre años más recientes. me falta, primero, el fermento de la memoria, ese material de partida que siempre está en todos mis libros y que, en gran medida, es mi propia memoria. y luego, saber si yo sería la persona ideal para escribir esas historias. no basta con que quieras contar una historia, además hay que saber si tú eres la persona que tiene que contar esa historia.

"la época empezó a cobrar importancia en mis novelas en carreteras secundarias, pero ahí era como un telón de fondo: el final del franquismo, la agonía de un régimen, pero no había más que eso. es a partir, sobre todo, de enterrar a los muertos. ahí ya hice una labor de investigación, de pequeño historiador, de historiador amateur. a partir de ese libro ya sí que hay, digamos, una incorporación de la Historia con mayúsculas a la historia pequeña. a partir de ahí sí que cuento cómo el destino colectivo condiciona los destinos individuales, cómo, a veces, no somos totalmente dueños de nuestras vidas, de nuestros destinos, cómo a veces estamos a merced de algo que nos desborda, que nos supera un poco".




sobre los escritores que se repiten
"con la vida, con el paso de los años, uno se va limitando. al mismo tiempo que fortalece su pequeño territorio también se va limitando. yo ya sé, más o menos, cuál es mi territorio literario y sé qué historias puedo escribir y cuáles no, pero hace 25 años no sabía si acabaría escribiendo novela erótica, policiaca, histórica, ambientada en zaragoza o en groenlandia.  eres tú mismo, con tu vida, con tu obra, con tu trayectoria, el que vas descubriendo que el mundo literario en el que te mueves, en realidad, es muy pequeño. para conseguir esa intensidad tienes que reducir la extensión de ese mundo.

"el miedo que uno tiene es la repetición. ¿hasta qué punto puedes seguir en ese mismo territorio sin repetirte? porque llegará un momento en que digan: 'bah, otra novela de pisón sobre los 70...'. no sé, a mí me gustan mucho los escritores que se repiten.

"alice munro, por ejemplo, no para de repetirse. todos sus cuentos se parecen, todos sus cuentos transcurren, más o menos en la misma época, más o menos en el mismo territorio canadiense y los personajes son más o menos parecidos. historias pequeñas que, de repente, te quitan el aliento. dices: 'guash, lo que ha pasado aquí. parece que no estaba pasando nada y, de repente, qué me está contando esta mujer...'. pues ese es el tipo de escritor que yo querría ser".




sobre la estructura de sus libros

"en cada novela intento una estructura diferente. intento, por el simple placer de aprender a manejar estructuras, organizar el material narrativo de una manera distinta, no me gusta repetir la misma fórmula, la misma receta.

"en este caso [en la buena reputación] me pareció bueno, me apeteció, contar una historia así, con una estructura bastante clásica. carreteras secundarias es una novela de formación, una bildunsgroman. es la historia de alguien que aprende. en el día de mañana juego con esa especie de perspectivismo que no es perspectivismo, porque, en realidad, son como narraciones orales sobre un personaje. perspectivismo lo hay más en el tiempo de las mujeres. aquí adopto una estructura más clásica de saga. lo que estoy escribiendo ahora todavía no sé muy bien cómo va a ser...

"me gusta pensar que, aunque mi mundo se parece mucho de una novela a otra, las novelas no se parecen tanto. es decir, que el lector pueda notar que hay variedad, que me esfuerzo por cambiarlas, que no estoy siempre repitiendo lo que ya sé sobre todo.

"creo que un escritor tiene que estar siempre aprendiendo. me gusta mucho escribir porque aprendo muchas cosas sobre la propia escritura. cada vez que escribo me doy cuenta de que pongo en práctica cosas nuevas, nunca terminas de aprender. así como con los relatos llega un momento en que te da la sensación de que ya sabes escribir relatos, con las novelas nunca sabes, siempre estás investigando el propio arte de escribir novelas".




sobre lo que el escritor aprende del género humano
"la novela es un gran instrumento para entrar en el corazón, en el alma humana. si realmente hay algo que es patrimonio del escritor, probablemente sea el ser humano, el alma humana. no se me ocurre quién va hablar de eso mejor que nosotros. ¿los psicólogos? ¿los psiquiatras? ¿los ensayistas? yo creo que nosotros.

"lo que los novelistas contamos sobre el ser humano lo contamos de forma que lo entiende el propio ser humano, sin esa jerga sacerdotal que utilizan a veces los científicos. por eso creo que la novela todavía tiene futuro, porque nos habla de las cosas que nos interesan, porque nos habla de nosotros mismos y las cosas que nos interesan: cómo conocernos mejor, cómo conocer mejor al de al lado, cómo descubrir los secretos de los demás...

"en este mundo en el que nos movemos que un novelista sea capaz de retratar a los personajes como si fueran reales, aunque nunca hayan existido, sigue siendo un milagro. eso sigue siendo un prodigio de la mente humana. crear personajes es como ser un pequeño dios: crear seres humanos. estamos creando seres humanos, y eso sigue siendo un privilegio de los novelistas, algo exclusivo nuestro".




sobre la modernidad literaria

"me parece que la cultura es también, sobre todo, un diálogo con el pasado, con todo lo que nos antecede. con los grandes escritores que nos anteceden, con toda una tradición cultural. no se puede ignorar ese pasado porque formamos parte de él, porque nos ha construido, porque nos ha hecho como somos.

"chejov siempre ha sido moderno, lo sigue siendo ahora. ¿se considera que chejov está de moda? pues no. hay novelas de hace 200 años que siguen frescas. las de jane austen, por ejemplo. siguen vivas. ¿eran modernas en su momento? pues no lo sé, yo diría que no. simplemente, era una persona que se limitaba a hablar del mundo que conocía, igual que chejov.

"esa literatura sigue viva, claro. yo aspiro..., no estoy seguro de que ninguna novela llegue a sobrevivir 200 años, pero en el fondo lo que hago es lo que hacen los escritores del siglo XIX: transmitir a sus contemporáneos y a los que vendrían después el mundo en el que viven, en el que han vivido. transmitir un poco el espíritu de una época y de una sociedad a través de unos personajes reales o que parezcan reales. eso sigue funcionando, porque todavía leemos novelas de hace 200 años, así que igual no hay que desesperar y podremos confiar en que todavía se pueden escribir novelas que dentro de 50, de 100 o de 200 años sean leídas. no sé...".




sobre la cultura subvencionada

"a veces se critica al cine español por subvencionado y resulta que el cine español devuelve con creces, en forma de impuestos, la subvención.

"yo no vivo del dinero público. por suerte, tengo una editorial que publica mis libros y sabe venderlos bien. me gustaría que ese modelo fuera válido para todas las artes, pero, por desgracia, no puede ser así, hay formas de expresión artística y cultural que necesitan un apoyo económico mayor.

"defiendo la economía de mercado, creo que lo que necesitamos es un buen sector privado que se esté lucrando y al mismo tiempo nos permita a los escritores seguir viviendo de nuestros libros, pero me temo que eso no podría hacerse con la música clásica, con el cine, con la danza..., expresiones artísticas que deben ser fomentadas, protegidas.

"en un mundo feliz, en una sociedad ideal, los gobernantes apoyarían las artes, las letras, la música... pero vivimos en un mundo que parece el poblado de astérix: al músico lo aporrean en todas las historias. parece que en cuanto alguien se dedica al arte o a las letras se convierte automáticamente en un parásito. es verdad que muchas veces el dinero público se ha manejado mal y se han cometido errores y abusos. pero lo normal es que una sociedad que subvenciona la fabricación o la exportación de zapatos o la fabricación de coches también esté preocupada por que se fomente y se ayude a los creadores".