lunes, 30 de diciembre de 2019

el ángel del olvido

ahora que acaba el año y todo el mundo elabora sus listas, a mí me apetece escribir sobre un libro, uno solo, sin duda, en lo personal, el más señalado de los que he leído este año. no lo he visto en ninguna de esas listas, tampoco las he leído todas. se titula el ángel del olvido, y aunque su autora, maja haderlap, lo escribió, en alemán, creo, en 2011, ha sido este año cuando periférica ha publicado su traducción al español, de josé aníbal campos. digo en alemán, creo, porque haderlap pertenece a la minoría eslovena que vive en la región austriaca de carintia y según la solapa del libro escribe indistintamente en alemán y en esloveno.

llegué a él, o más bien él llegó a mí, gracias a paca flores, la editora de periférica. estaba preparando una lista de recomendaciones de libros de viajes y les mandé un correo para pedir información y un ejemplar de la novela de la costa azul, de giuseppe scaraffia y paca me contestó que me lo mandaba, por supuesto, pero que me iba a enviar también otro para que le echara un vistazo. era un libro extraordinario, decía, que les había funcionado muy bien en la feria del libro

Hola, Víctor, nada complicado, todo lo contrario.
Permíteme que te sugiera un segundo título, El ángel del olvido, de Maja Haderlap, es un libro extraordinario y muy "ligado a la tierra" de la que habla, Carintia, esa parte montañosa de Austria que linda con la antigua Yugoslavia en la que reside una amplia minoría eslovena (como la propia autora). Ha sido uno de nuestros libros más vendidos en la feria del libro de Madrid que acaba de terminar y es en verdad un buenísimo. Adjunto nota de prensa para que lo puedas valorar y, si te parece oportuno, enviártelo junto al libro de Scaraffia.
Muchas gracias.
Saludos,

Paca Flores
Difusión Periférica
Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial 2008


me descolocó un poco, tenía ya bastante cerradita la lista, pero me quedé con la copla. siento un respeto enorme por el catálogo de periférica y me parecía una recomendación entusiasta y sincera, así que le pedí que me lo mandara también, con la idea todavía, no obstante, de incluir antes en la lista la novela de la costa azul, que me parecía que encajaba mejor.

no había terminado de cerrar la lista aún cuando me enteré de la muerte de julián rodríguez marcos, el otro editor de periférica. y, no sé muy bien por qué, decidí cambiar el paso. no sé, fue como mi particular, irrelevante y sentida forma de reconocimiento. algo pueril también. bienintencionada. empecé a leer el ángel del olvido.



no puedo decir que lo devorara, porque no es un libro que se deje devorar, al contrario, lo encontré bastante arduo. tardé tres o cuatro semanas en terminarlo, puede que algo más. fue en verano. volviendo sobre él ahora veo que tengo muchos más subrayados y notas en la segunda mitad del libro, pero no sé muy bien si responde a que el libro va ganando en interés según avanza o a mi creciente sensación según leía de que estaba ante algo importante.

algo importante para mí, por supuesto.

el título da pistas. el asunto central es la memoria. durante la segunda guerra mundial los eslovenos de carintia resistieron al nazismo y lo pagaron caro: deportaciones, campos de concentración, clandestinidad, torturas, guerrilla partisana. el nazismo fue derrotado. pero dejó una huella incómoda en la historia de austria, una huella vergonzante que la presencia de la minoría eslovena no ayudaba a soslayar. un nuevo tiempo obligaba a mirar hacia adelante. 

Cuando al final de la guerra, él regresó del campo juvenil de Moringen, todo había cambiado. Habían quemado la casa, saqueado el establo, media parentela había sido asesinada y su madre regresó enferma de su estadía con los partisanos. Antes que nada, fue necesario olvidar en esa nueva vida toda la vida anterior. Fue preciso ante todo aprender la aritmética del olvido, un duro aprendizaje. “¿No te parece, Zdravko?”, pregunta Johi y me mira.   




cuenta historias terribles de mathausen, de dachau, de ravensbrück, el campo solo de mujeres. pero no son tanto esas historias como las huellas que han dejado. surcos infestos. en las personas que las vivieron, en los hijos de los que las vivieron, en los hijos de los hijos de los que las vivieron. cómo aun décadas después de ocurridos, esos acontecimientos continúan perpetrando una cotidianidad emponzoñada, carcomida en silencio. nada nuevo. en algunos párrafos la palabra austria es sustituible.

Desde que voy a la universidad, las llamadas de auxilio de papá han cobrado el cariz de reclamos sociales, incluso políticos. Empiezo a pensar en términos cívicos. Estoy segura de que la actitud predominante en este país en relación con el pasado hace que nuestras historias familiares parezcan muy extrañas y tengan lugar en un ambiente de aislamiento y abandono. Esas historias apenas están ligadas al presente. Entre la historia contada de Austria y la real se extiende una tierra de nadie en la que resulta fácil perderse. Me imagino viajando de un lado a otro entre la oscura y olvidada sección del sótano de la “Casa Austria” y sus espacios luminosos, ricamente decorados. Nadie en esas habitaciones inundadas de luz parece sospechar o es capaz de imaginar que en el mismo edificio hay gente confinada por la política a los sótanos del pasado, donde vive asediada y envenenada por sus propios recuerdos.  

por interés o por circunstancias he leído unos cuantos libros que abordan la memoria este año. es curioso como cada uno construimos y legitimamos la nuestra. lo que no he leído en ninguno es una forma tan radical de enfrentarse a ella como la de haderlap, de constatar de formar tan honesta, tan brutal, tan carente de autocomplacencia, cómo esa memoria informa su identidad hasta ser la médula misma de sus anhelos y sus limitaciones y, en último término, aceptarlo. el rigor no deja lugar a ramalazos sensibleros. el lugar común y el hablar sentencioso no caben, son arrollados por la verdad del testimonio. cómo me gustaría escribir así.

Las barreras de protección que intento levantar entre mi persona y mi familia se vienen abajo de nuevo. Por un momento temo la irrupción impetuosa del pasado, que entra arrollándome del todo, temo desaparecer bajo su enorme peso. Decido entonces llevar a la escritura todos esos fragmentos, lo dinamitado, lo recordado, lo narrado, todo lo presente y lo ausente, hacer un nuevo boceto de mí misma a partir de la memoria, trazarme con la escritura un cuerpo hecho de aire y contemplación, de aromas y olores, de voces y ruidos, de cosas pasadas, soñadas, de rastros.

Podría así recuperar lo irreversible, corroborar que ha regresado bajo un ropaje nuevo, transformándose y transformándome. Podría así ensamblar otra vez lo separado, lo barrido hacia un lado y que pueda entreverse lo que está debajo. Podría rodear lo que ha sido con un cuerpo invisible, un cuerpo que lo selle y someta. 


haderlap, pues, no solo es memoria. se hace, se define, se emancipa, se adueña de sí misma desde la memoria. desde una memoria política. en cierto modo, el cliché de “lo personal es político” se da la vuelta: “lo político es personal”. o “lo político es lo personal”.

siempre me ha costado aceptar eso. ante ello me he asido a un fragmento de un discurso de machado a las juventudes socialistas unificadas en 1937 que leí hace unos años:

Tal vez porque soy demasiado romántico, por el influjo, acaso, de una educación demasiado idealista, me falta simpatía por la idea central del marxismo; me resisto a creer que el factor económico, cuya enorme importancia no desconozco, sea el más esencial de la vida humana y el gran motor de la historia.  





lo personal no es (solo) político. en cierto sentido, mi relación con el ángel del olvido ha sido de conflicto. no lo he leído, he peleado con él. y me ha derrotado. la aproximación de haderlap es tan sincera, tan implacable que me rinde, me deja inerme. ¿qué otra cosa se le puede pedir a un libro que una sacudida así?



no os fiéis de su carita sonriente. por los fragmentos que he adjuntado habréis deducido que la autora no lo pone fácil. pocas concesiones estilísticas. la omnipresencia de la primera persona en frío y el uso subyugante del presente para traer al ahora ese pasado imborrable son ásperos. haderlap empezó escribiendo poesía (en esloveno) y no pocas veces deja volar ese aliento poético, en particular en la evocación de paisajes y escenas domésticas. no me mintió paca flores cuando me habló de un libro “muy ligado a la tierra”. pero nada es gratuito. la conexión lugar-memoria en este libro daría para otras 1.500 palabras.       

Poco a poco retornan los colores del verano; bajo la luz del sol, se balancean sobre los árboles, exhalan su vaho en los pardos tibios por los que nos movemos. La cosecha del heno ordena nuestros días, y yo entierro mi espanto en un rincón de la conciencia. De vez en cuando, a pesar del calor, una sombra helada me atraviesa y me envuelve en sus tinieblas.

El tío Jozi trae dos cabritas a nuestra granja para que pasen aquí el verano. Me encomiendan la tarea de cuidarlas, ya que, sin vigilancia, las cabritas podrían alejarse y extraviarse. En una ocasión, mientras estoy llorando, los juguetones animales descubren en mil lágrimas un líquido aromático y las lamen con sus pequeñas y rugosas lenguas. No puedo sino reírme, y a partir de ese día llevo conmigo al prado unas hojas de lechuga con las que atraigo a las cabritas. Dejo que los animales hurguen en mi cara y me limpien la nariz y las orejas con sus lenguas. Me hacen cosquillas y alejan los malos pensamientos. Sus cuerpos suaves y claros aquietan las yemas de mis dedos, que acarician sin descanso su fino pelaje, intentando absorber algo de su blancura.


en la solapa se lee que peter handke dijo de el ángel del olvido que maja haderlap había escrito “una historia impresionante”. no es verdad, no es una historia. y no sé si es impresionante. 




otro día hablaré de un segundo libro leído este año que me ha encantado. mucho más frívolo y ligero, no todo va a ser sufrir, una carrera en la moda, de bill cunningham. si fuera profesor de instituto, y a pesar de las faltas de ortografía, haría a todos mis alumnos leer su último capítulo, sobre el gusto.


aquí un enlace a la ficha de el ángel del olvido en periférica: https://bit.ly/2MFLm06

Así empieza todo, después de que las primeras doscientas familias de campesinos eslovenos fueran desterradas de sus granjas por orden de Himmler; empieza con el pan para los partisanos, con las sopas para los hombres de la resistencia, el pan transformado en arma. Los enemigos, aquí, llevan delantal, faldas, carteras escolares. Sin saber que se han convertido en combatientes, llevan el cabello recogido humildemente en una trenza, jamás han tenido un fusil en sus manos pero se han convertido en ‘colaboradores de esos bandidos terroristas, les han proporcionado comida y alojamiento en alguna ocasión, o en varias, o los han ayudado de alguna otra manera. Han perdido su honor. Han favorecido a los enemigos del Reich y serán por ello castigados con la muerte. Están deshonrados para siempre’.