lunes, 4 de noviembre de 2013

la gente es el paisaje

una entrada en uno de mis blogs favoritos, fueradecontextos, me sirve de excusa para hablar de uno de mis libros de viajes favoritos, blue highways.

escribe la delicada autora del mencionado blog sobre unas agendas con dos líneas para cada día en las que ir anotando poco más que miguitas de una vida. los cuadernos son una delicia, como casi todo lo que se reseña en esa bitácora. pero lo que a mí más me ha fascinado es la historia que llevó al diseñador neoyorquino jon contino a crearlos. 

al parecer, un día fue con su mujer a visitar al abuelo de ella y éste les enseñó una colección de pequeños almanaques en los que su padre había ido escribiendo día a día entre 1918 y 1953 apenas una frase, lo mismo el tiempo que había hecho que la muerte de adolf hitler.

fantaseo con la enciclopedia de ficción que una imaginación fecunda podría tejer con todos esos libritos, con esos "prototuits" que dice la mano que mece fueradecontextos. pero dudo que, con todo su encanto, las anotaciones del bisabuelo de la mujer de contino, ganen en laconismo, misterio y una no exenta de desasosiego simpleza al libro de la muerte de miss ginny.

miss ginny es uno de los personajes más singulares de blue highways. ignoro si el libro es un clásico de la literatura de viajes, aunque tampoco importa demasiado. en la portada del ejemplar que tengo yo un sello informa de que estuvo 34 semanas en la lista de libros más vendidos del new york times, pero eso debió de ser hace mucho tiempo. 

se publicó en 1982. la edición que yo manejo es algo posterior, de 1984, de bolsillo. de un tamaño parecido a los cuadernos de contino y del bisabuelo de su mujer, pero sustancialmente más grueso, 435 páginas. lo compré en un mercadillo de utrecht, en holanda. entre las hojas que amarillean como los dedos de un fumador aún hay un billete de los ferrocarriles neerlandeses. durante un tiempo lo llevaba a todas partes, hasta el punto de que mi hoy mujer me tomaba el pelo preguntándome si era la biblia.



lo escribió un tipo llamado william trogdon, que en la portada cambia su nombre por el de william least heat moon. en un plazo de nueve meses se separó de su mujer y perdió su empleo. así que decidió comprarse una furgoneta y viajar alrededor de estados unidos únicamente por carreteras secundarias. en los mapas antiguos las carreteras principales estaban pintadas en rojo y las secundarias en azul, de ahí el título del libro.

no tiene clara la ruta, va eligiendo los lugares a los que se va dirigiendo en función de lo sugerente de sus nombres o de cualquier otro capricho del azar. por el camino atraviesa paisajes espectaculares, montañas bosques, llanuras. pero la verdadera geografía de este libro son las arrugas y las voces de la gente que lo habita. trogdon rescata en bibliotecas curiosísimas anécdotas del pasado de los sitios que visita. pero ninguna supera las muestras de sabiduría popular, los trozos de poesía o los simples chispazos de humor que le van regalando el dependiente de una tienda, un fraile franciscano o unos aficionados a volar cometas.

mi actual director, miguel ángel mellado, ha repetido en más de una ocasión una frase que dice que aprendió en el ya de aquilino morcillo: "hay grandes historias hasta debajo de las piedras. pero hay que molestarse en levantarlas". y eso lo hace trogdon de maravilla. con la humildad del que no sabe adónde va ni por qué, escucha sin afectación, sin prejuicios, demostrando que la generosidad no solo consiste en saber dar, también en saber recibir y con la misma calidez y falta de pretensiones con que después nos lo relata a los demás. sin haber puesto un pie en texas, uno siente que toda la vida le lleva cortando el pelo ese barbero de la localidad de dime box que siempre hace el mismo chiste: "¿las orejas se las dejo o se las corto también?".   

pero, bueno, yo lo que quería compartir es la historia de miss ginny y su libro de la muerte. miss ginny, virginia watts, vive con su marido, thurmond watts, su hija, hilda, y su hermana, marilyn, en un pueblo llamado nameless (literalmente, sin nombre), en tennessee. durante 35 años y hasta el 1 de enero del año en que trogdon llega allí, el señor watts ha regentado una tienda que ahora ha cerrado y que se resiste a vender hasta que no encuentre a unos compradores temerosos de dios. "una pareja religiosa, gente honrada. no ateos", en sus propias palabras.

a lo largo de 20 de esos 35 años, y sin mucho que hacer en un pueblo como nameless, su esposa se ha aplicado en una minuciosa labor. pero, puesto que trogdon escribe bastante mejor, cedámosle la palabra, aunque en mi macarrónica traducción se perderá buena parte de la ternura y la autenticidad con que el autor describe el episodio. por cierto, por si alguien quiere recoger el guante, blue highways bien merece una traducción y una edición en español.

watts se fue a la parte de atrás y regresó con un enorme cuaderno de espiral que dejó sobre la mesa. la expresión le había cambiado: "el libro de la muerte de miss ginny".

el asunto me sorprendió. ¿se suponía que yo debía firmar en él? lo abrió, pero no dijo nada. había un montón de nombres escritos a boli con una caligrafía ordenada pero tan fuerte que había arrugado el papel. los nombres se apilaban cronológicamente: había esposas, abuelos, un recién nacido, parientes, amigos cercanos, simples conocidos... nombres y más nombres. y después de cada uno de ellos una fecha, el día en que para ellos lo desconocido se volvió conocido. la última entrada llevaba fecha de ayer.

"lleva 20 años escribiéndolo. todos los días escucha el parte del hospital en la radio y anota los nombres. a veces viene gente a comprobar alguna fecha. o simplemente a ojearlo, como si fuera un álbum".

hilda dijo: "como san pedro inscribiendo los nombres en las puertas del cielo".

el relato podría acabar ahí, en lo más alto, pero no. después de echar un vistazo al libro de la muerte y de continuar charlando compartiendo un refresco, trogdon y los watts se despiden con un diálogo impagable:

-¿y hacia dónde se dirige ahora?
-no lo sé.
-entonces no se puede perder.

adjunto una foto de los watts a la puerta de su tienda hecha por trogdon. la reproducción es pésima, pero me parece una palpable demostración de que la gente es el paisaje. de izquierda a derecha, marilyn, thurmond, la incomparable miss ginny y hilda. el personajillo que se ve en el póster de la ventana, por cierto, es el futuro vicepresidente de eeuu al gore, a la sazón senador por el estado de tennessee.

 

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